domingo, 8 de noviembre de 2015

Día del Ferrocarrilero en Chihuahua


Construido en las postrimerías del Siglo XIX, Casa Redonda Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo es un espacio dedicado a la promoción y difusión del arte de nuestro tiempo, que originalmente albergó los talleres de reparación de las locomotoras del ferrocarril. 

El museo abrió sus puertas el 12 de septiembre del año 2000, desde entonces realiza exhibiciones temporales, eventos culturales, conferencias y programas educativos, destinados a público de todas las edades. Cuenta con una creciente colección de arte, patrimonio de los chihuahuenses. 

Su misión ahora es facilitar el disfrute y la comprensión del arte contemporáneo.


Pero no olvidan su orígen y por eso se unieron al homenaje a los ferrocarrileros 



El martes 7 de noviembre de 1907 un tren cargado de dinamita se dirigía al pueblo de Nacozari; uno de los vagones se incendió y Jesús García Corona, un joven maquinista de 26 años, tomó el control sacando el tren del pueblo salvando la vida de cientos de personas y sacrificando la propia. Desde entonces a Jesús García se le conoce como El Héroe de Nacozari.
La locomotora incendiada había sido construida por la compañía Porter of Pittsburg, Pennsylvania tan sólo seis años antes y ese día llevaba dinamita para la mina de Pilares a sólo cuatro kilómetros de Nacozari en Sonora. La explosión se escuchó a casi veinte kilómetros de distancia y el cuerpo de Jesús García, lanzado por el frente de la máquina, fue identificado sólo por sus botas. Ese día murieron 12 personas más que estaban cerca de la vía del tren, pero se salvaron los habitantes del pueblo completo por la oportuna acción de Jesús García.
A partir de 1944 por decreto presidencial, ese día se conmemora en México el Día del ferrocarrilero.

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Cargados de experiencia y anécdotas a sus más de 88 años, con voz firme, aseguran que si el tiempo volviera atrás, seguramente volverían a ser ferrocarrileros.

  El pitido estruendoso de la maquina, el choque de las muelas de los vagones y el pesado tráfico del tren, llena de emoción, despierta el sentimiento y aglomera los recuerdos a Octaviano de la Garza, Francisco González y Humberto Rodríguez.

Durante la entrevista por el Día del Ferrocarrilero, llegan los recuerdos de los grandes compañeros, los que se dedicaban en cuerpo y alma para cumplir con su labor, los que vestían impecables en los trenes de pasajeros y despertaban siempre el interés de algunas pasajeras.

También llegaron los casos de descarrilamiento o las grandes explosiones como las que se tuvieron en Jiménez el dos de junio de 1972, así como los reconocimientos.

Los ferrocarrileros tienen fama de “volados”, se le preguntó a Don Octaviano de la Garza, quien con una sonrisa, atajó -es sólo fama-.

Entonces, reveló que durante las corridas de pasajeros de Juárez a la ciudad de México, sí había un que otro muchacho voladón, “para qué le voy a decir que no”.

Al pasar de coche en coche, siempre había alguna mujer que despertaba el interés de la tripulación por sus atributos, y si ella respondía a la plática, se sentaban a charlar con ella.

Don Octaviano de la Garza dice con orgullo que dedicó 52 años de su vida a los ferrocarriles y tuvo el orgullo que le dieron un reconocimiento en 1996 en Puebla.

“Trabajé muy a gusto y mis 52 años me parecieron un día, porque se me fue rápido el tiempo. Fue una rama de ascenso, garrotero, patiero y luego conductor.

De la Garza dijo que estudio telégrafo y eso le permitió intervenir en dos problemas que tuvo con los trenes y habló al despachador y dio órdenes para proseguir.

Señaló que no tuvo nunca un descarrilamiento de trenes, aunque sí enfrentó la pérdida de un gran amigo llamado Mario López que le decían “El Manotas”, que falleció en 1961 en un accidente.

Octaviano de la Garza recordó que hace muchos años, entre 1970 y 1980, vivió la experiencia de que los automóviles tuvieron que usar el puente del ferrocarril de Meoqui y Santa Rosalía, Camargo, ya que el vado invadió la carretera y no podían cruzar de otra forma.

El trabajo fue muy bonito en aquella época, y ahora que se celebra el Día del Ferrocarrilero, da gusto reunirse a festejarlo.

A su vez, Francisco González y Humberto Rodríguez, recordaron que una de las peores tragedias que enfrentaron como ferrocarrileros fue la explosión que hubo en la estación de Jiménez, a raíz del choque de una máquina contra unos tanques de gas y generó una detonación con una fuerza tal que levantó casas.

Ese evento se tuvo como a las dos de la tarde y para las seis ya estaba ahí el Gobernador Oscar Flores y al día siguiente llegó el gerente de Ferronales, el señor Villaseñor.

Informó que en ese entonces era conductor de trenes y llegó a Jiménez en un “pollero” como a las 12 del día y unas dos horas más tarde, sucedió la desgracia.

En tanto, Humberto Rodríguez, dijo que él era el conductor del tren que entró en Jiménez con siete tanques de gas y tres de amoniaco, y cuando se originó la explosión.

Recordó que recientemente le acababan de dar un curso de seguridad a los conductores y al darse el choque de la máquina con el tanque de gas, recuerda, que le gritaba a la gente, ¡corran porque va a explotar!

La máquina impactó a medio tanque denominado Dumbo, de 90 toneladas de gas y enseguida estaba otro tanque de amoniaco. El motor de la máquina se quedo chispeando y originó la explosión.

Recuerda que como responsable del tren se hizo cargo de las maniobras de atención a la contingencia, en tanto llegaban las autoridades y encargados de las empresas.

Humberto Rodríguez dijo que en ese entonces tuvo muchos colaboradores que se comportaron a la altura de las circunstancias y eso evitó una pérdida mayor de vidas y daños materiales. Recordó que en ese hecho murieron unas 37 personas y más de 700 resultaron quemados.

El ferrocarrilero dijo que la curiosidad de lo que pasaba en la estación de ferrocarriles, ocasionó que mucha gente muriera, ya que hubo algunas explosiones por la fuga que se tenía de gas y amoniaco, lo cual alcanzó a una distancia importante de la terminal.

El conductor señaló que su vida en el ferrocarril fue muy emocionante y volvería a repetir esa experiencia laboral si tuviera otra oportunidad.

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